miércoles, 19 de diciembre de 2012
El hilo de fuego
Con las palabras “Yo soy la verdad y la verdad mora en ti” aun repitiéndose como eco en mi mente nos desintegramos para viajar, según yo, al sexto chacra de la tierra. Para mi sorpresa no fue así. Na-Y y yo regresamos al “aquí y ahora” presente. Parecerían días los que estuvimos fuera, pero en realidad fueron minutos los que nos alejamos del patio de mi casa. ¿Por qué no continuamos hacia el sexto y el séptimo destino?-pregunté inmediatamente. Antes de visitar esos lugares, es necesario que tu verdad sea conocida por alguien más- me contestó señalando hacia la puerta trasera de mi casa- entremos a buscar a tu padre. Un sentimiento de ansiedad me recorrió el cuerpo, pero sin vacilar seguí la indicación que me daban. En el interior, sentado como siempre en la estancia estaba él. Una copa llena y una botella de brandy, descansaban en la mesita junto al sillón. Ahí también estaba la foto de ellos juntos. Su mirada estaba perdida hacia la nada. Es como si estuviera inmerso en sus recuerdos y en su dolor. Papá- dije en voz baja y titubeante- necesito que hablemos. Él no respondió y ni siquiera hizo el intento de mirarme. Quiero que conozcas a alguien- insistí aumentando un poco el volumen de mi voz- pero mi padre parecía no oírme. Entonces, Na-Y, con su voz grave e imponente dijo “Es tiempo de que conozcas toda la verdad sobre Ian y Yaxlen”. El nombre de mi madre fue como un dardo que se clavó en la espalda de mi padre. Inmediatamente y con un rictus de dolor en el rostro, él se giró hacia donde había salido esa voz y al encontrarse con mi acompañante palideció. Después, como si la rabia lo encendiera por dentro su cuerpo intentó abalanzarse sobre él y sus puños se apretaron, pero al cruzarse con mi mirada se detuvo y rompió su silencio. Salta a la vista el gran parecido de ustedes dos, supongo que ya te dijo quién es- dijo con su voz entrecortada. Sé quién es, pero no es quien tú piensas-respondí muy seguro- mi padre, aunque siempre lo has dudado, eres tú. Él solo compartió su genética para modificarme con un propósito más allá de toda imaginación. Mi madre estuvo de acuerdo, pero nunca te fue infiel. La expresión en el rostro de mi padre era de total desconcierto, abría su boca intentando articular unas palabras, pero nada salía de ella. Entonces Na-Y levantó su mano a la altura del pecho y de su mano derecha salió un hilo delgado de fuego, que lentamente se extendió hasta tocar el entrecejo de mi padre, quien estaba como congelado ante la situación. Nada malo va a pasarle, solo abro su mente para que pueda entrar la verdad- dijo tajante- . El hilo hizo escuadra en su frente y viajo hacia la mía. La transmisión de información había empezado.
martes, 18 de diciembre de 2012
La gran bocina
Al regresar mi voz y mi sentido auditivo, sentí como si el alma regresara al cuerpo. Miré a mí alrededor y quedé extasiado por el paisaje y por la maravilla de concierto que me ofrecía la naturaleza. Un concierto orquestado por el viento al rozar por las rocas y los arbustos de la gran montaña. Una melodía acompasada por miles de sonidos diminutos, apenas reconocibles, pero que supuse que eran producidos por la fauna del lugar. Cerré mis ojos para tratar de percibir cada detalle. La tierra está hablando y nadie parece escuchar- dijo Na-Y-, si pones verdadera atención, si escuchas no solo con tu oído, sino también con tu corazón, oirás los lamentos del séptimo planeta y la voz del que es, fue y será. El poder del verbo es inmenso. En la escala anterior de nuestro viaje con solo decir “hágase tu voluntad” activaste y abriste tu corazón para vibrar n armonía con el universo. Hace un momento, al contestar “yo soy Ian”, abriste el chacra de la expresión divina, porque al nombrarlo él actúa. ¿Al nombrarlo?-interrumpí extrañado- sí, continuó mi acompañante- quizá tu no lo sepas, pero tu nombre significa “Dios Misericordioso”, entonces al decir “yo soy Ian”, lo que en realidad pronunciaste fue “Yo soy Dios”. En este mismo lugar Moshé lo escuchó decir siglos atrás “yo soy el que soy” para después transmitirle los preceptos que nadie parece entender. Entonces comprendí que estaba parado en el mítico Monte Sinaí y cómo este lugar sagrado estaba relacionado a la expresión divina. Na- Y sonrió, y cómo si adivinara mis pensamientos, me aclaró que el quinto biogenerador estaba constituido por como un gran circulo en cuyo interior se trazaba un triángulo cuyas aristas tocaban, además de este lugar, dos sitios más. Me pidió que cerrara mis ojos de nuevo para mostrármelos. Primero me dejo ver un monte cuyas laderas estaban llenas de olivos. Aquí el avatar de la era anterior realizó un pacto con el creador al decir, como tú, “hágase tu voluntad y no la mía”. Al escuchar estas palabras sentí una inmensa paz. El otro sitio-continuó- es uno de los pocos lugares sagrados artificiales. Entonces la imagen cambió frente a mí y pude ver un conjunto de 3 pirámides. La más grande es como la garganta y el oído del planeta, por aquí fluye la verdad hacia el oído de los hombres. Por un lugar similar los Adamus tendrán que expresar muy pronto su nuevo propósito de vida. Aquellos que no han escuchado, no podrán expresar el nuevo pacto para poder regresar al origen. De pronto el silencio volvió, y antes de poder decir palabra, escuché una voz profunda que decía SAT NAM, pero en mi mente resonó “Yo soy la verdad y la verdad mora en ti”.
lunes, 17 de diciembre de 2012
La esfera azul
La velocidad con la que viajábamos era increíble, aunque sé que lo hacíamos convertidos en energía, mi conciencia me permitía ver y sentir el trayecto, era como si el viaje fuera por un tubo de luz. Las paredes, hechas de millones de partículas, parecía una cortina luminosa, y el sonido era similar al de una turbina de avión. Al dejar la gruta, lo hicimos bañados en una luz roja, pero a medida que avanzábamos fue cambiando. El color que ahora veía era un azul eléctrico, que de vez en cuando se tornaba plateado. La luz se fue haciendo más intensa, mientras que el sonido fue disminuyendo. Era señal de que estábamos llegando a nuestro nuevo destino. Al reintegrarse nuestros cuerpos Na-Y y yo quedamos de pie en la cima de una montaña. Algo que noté inmediatamente al llegar es que estábamos inmersos en un silencio total. Ni siquiera el sonido del viento, o el de mi respiración era audible. Era como si me hubiera quedado completamente sordo. Intenté articular unas palabras para interrogar a mi compañero, pero fue en vano. De mi boca, aunque se movía, no salía sonido alguno. Entonces escuché su voz, pero más que su voz era como una imagen mental de lo que decía. -No te alarmes querido Ian, hemos llegado al templo del verbo, al portal entre la mente y el cuerpo, a la esfera azul de la expresión divina. Formulé entonces una pregunta en mi mente y él pareció escucharla, porque de inmediato respondió, para reactivar este chacra de la tierra, y tu habla y tu sentido del oído se restablezcan, es necesario que contestes una pregunta… ¿Quién eres?, Ian, contesté telepaticamente, pero nada pareció cambiar. ¿Quién eres?, repitió él; soy Ian, mentalicé un poco desesperado. Silencio absoluto. ¿Quién eres?, escuché en mi mente por tercera vez. Entonces trate de calmarme, respiré hondo, y sin saber por qué, mi proyección mental fue…Yo soy Ian. Al hacerlo el sonido del viento golpeó mi rostro.
domingo, 16 de diciembre de 2012
Un rayo de luz
Un sentimiento sobrecogedor me invadió mientras la espada de
luz atravesaba mi pecho. No sentía dolor, todo lo contrario, un infinito
placer, una especie de flujo amoroso comenzó a recorrer todo mi cuerpo. Me
sentía repleto de luz y de una calma asombrosa. En lugar de sentir que la vida
se me escapaba, me sentí más lleno de vida que nunca. Entonces la espada
desapareció por completo dentro de mi cuerpo y al voltear, vi como el agua del
pozo estaba llena de una luz centelleante que subía proyectada hacia el orificio
de la bóveda. La voluntad y el propósito amoroso han llenado el cuenco, el
cuarto biogenerador ha sido encendido- dijo Na-Y – tú, como el avatar del
cuarto éon, estuviste dispuesto a dar tu vida por amor a los otros, toma mi
mano. Entonces caminamos hacia el cuenco, nos metimos en él y nos dejamos bañar con su luz. Al hacerlo nos
fundimos con el rojo, y convertidos en un rayo de luz fuimos proyectados hacia
el infinito.
sábado, 15 de diciembre de 2012
La sangre
El diámetro del
pozo era como de 3 metros a lo sumo. El agua teñida de rojo resonaba con fuerza,
era como sentir y escuchar el pulso de alguien con ganas de vivir. La bóveda circular
apenas y nos contenía. En la parte superior, justo encima del pozo había una pequeña
abertura por la que pasaba un intenso rayo de luz que golpeaba el espejo de
agua rubí. Este es el receptáculo dónde donde se une el instinto
y el espíritu, tierra y Cielo- dijo Na-Y- es el centro del amor y solo el amor
puede fusionar espíritu y materia. La unión con lo divino, con los chacras
superiores, solo es posible si el grial es atravesado por la espada. ¿Quieres
que lance la espada al agua?-pregunté vacilante- Mi acompañante movió la cabeza
de un lado al otro y continuó diciendo- No es el corazón del planeta el que
debe ser atravesado, sino el tuyo, de eso depende el destino de la humanidad. Si
no lo haces, la transfiguración de los Adamus no se encenderá y el regreso al
origen será imposible. Entonces el miedo se apoderó de mí. Mis piernas
empezaron a temblar y mi respiración se agitó. Si estaba entendiendo bien, lo
que se me estaba pidiendo ahora era quitarme la vida. Este era el final del
viaje. Para esto había sido elegido, para llenar con mi sangre el cáliz y
ayudar a mis congéneres a volver a la fuente. Si bien es cierto que mi corta vida
había sido triste y solitaria, siempre me había ilusionado la idea de crecer,
de encontrar el amor que tanto me había faltado, pero ahora el destino me ponía
en una encrucijada. Mi vida a cambio de la vida de millones. Entonces la duda y
el miedo se disiparon. Una gran tranquilidad y una profunda emoción me
invadieron. Giré la espada y recargue la
empuñadura contra el muro de la cueva y puse el filo de la punta contra mi
pecho. Cerré los ojos y le dije a mi fiel acompañante, mientras dejaba caer mi
peso contra la punta de la espada “Si esto es lo que me pides, hágase tu
voluntad”…
viernes, 14 de diciembre de 2012
El cuenco
El promontorio era de un verde intenso y la torre, clavada en la cima, parecía más bien la empuñadura de una lanza; hacia abajo, rodeando el islote, un agua calma. ¿Dónde estamos?, pregunté, Na-Y levantó su mano para tapar mi boca y me dijo- Escucha atentamente, cierra tus ojos y pon mucha atención. Entonces pude oírlo. Era un latido acompasado y apenas perceptible, para tratar de escucharlo mejor me hinque y puse mi manos sobre el musgo y la hierba que cubría la montaña. El pulso de la tierra era cada vez mayor y podía hasta sentirlo retumbar en mis manos. ¿No lo adivinas?, dijo Na-Y, de pronto una especie de certeza llego a mi mente y recapitulé nuestro viaje hasta ahora. Una travesía que había iniciado en Shasta, la cola del dragón, para ir ascendiendo. Estamos en la parte media del dragón, le dije seguro, este debe ser el corazón de la tierra. Él sonrió, me hizo una seña de que lo siguiera y empezó a caminar loma abajo hasta quedar en la parte media. Ahí se giró y me pidió que enterrara la espada frente a mí. Al hacerlo la espada aumentó su centellar y se fundió con el verde del pasto, para abrir una especie de cueva frente a nosotros. Tomé la espada de nuevo y entramos. La luz de la espada nos iluminó el camino y unos minutos después estábamos delante de una especie de gruta. En el centro nos esperaba un pequeño lago de agua rojiza. Este es el cuenco, el grial de la inmortalidad. Este es el corazón del séptimo planeta, dijo Na-Y.
miércoles, 12 de diciembre de 2012
El círculo de piedras
Es de noche.
NA-Y y yo hemos llegado a un lugar extraño. Estamos al centro de una especie de
monumento circular de piedras enormes. La espada aun centellea su verde en mis
manos. Mi acompañante rompe el silencio. -Este no es el cuarto nemetón, solo es
un portal, por esta puerta llegó el fuego del tiempo para nutrir la voluntad
del hombre- Mientras habla, la espada se envuelve de fuego y vuela por el aire
para incrustarse en una especie de altar al centro del conjunto megalítico. Ahí
el juego se desprende de la espada crece
para dar forma a un enorme dragón. Saca la espada de la piedra y suban a mi
lomo-dice el ser de fuego- es tiempo de que la vara impregne el cuenco. Con la
espada nuevamente en mi mano y montados en el flamígero alado emprendimos el
vuelo hacia un lugar cercano. Unos minutos después desde las alturas pude ver
una especie de islote rodeado de pantanosas aguas. En la cima se erguía una
gran torre. A su costado el dragón pisó de nuevo tierra. Antes de desaparecer
se despidió diciendo: Ahora haz tu parte y deja que el fuego llene el vacío.
La espada
¿Moshé?-pregunté mirando fijamente a la serpiente- entonces saco su lengua y con ella tocó mi nariz a manera de saludo. Mi estomago se encendió y, a mi voluntad, la vara volvió a aparecer entre mis manos. De manera natural la usé de bastón para caminar hacia donde se encontraba Na-Y, a unos metros adelante. El sol brillaba intensamente sobre mi cabeza y, por primera vez en el viaje, me sentí como un simple mortal con las sensaciones físicas habituales. Al llegar ante mi amigo este sin voltear a mirarme me dijo ¿tienes sed?, usa la vara. Instintivamente apreté con mi puño la vara y la golpeé con fuerza en el suelo. La piedra bajo mis pies empezó a agrietarse hasta formar una especie de cuenco y éste se comenzó a llenarse de agua cristalina. Una vez que sacié mi sed intenté otro prodigio con la vara. La levanté señalando al sol. Entonces una gran nube comenzó a formarse de la nada y ocultó el sol y sus intensos rayos. Me siento como Moisés, dije sin pensarlo, para luego caer en cuenta de lo que estaba diciendo. Moshé y Moisés eran la misma persona y yo había estado jugando con su prodigiosa vara, la misma con la que convirtió las aguas de Egipto en sangre; con la que golpeó el polvo del suelo y apareció una nube de mosquitos; la que levantó hacia el cielo y empezó a caer granizo; con la que formó un ejército de langostas y separó las aguas del Mar Rojo. Estaba absorto con mis pensamientos cuando mi acompañante dijo- la vara no es el prodigio, el prodigio es… - ¡la voluntad!- interrumpí con un grito. -…el autodominio y la autodeterminación…el tercer biogenerador está encendido- concluyó. La vara entonces cambió de forma para dejar en mis manos una bella espada. Esta se llenó de una luz verde para activar la transportación hacia nuestro siguiente destino.
lunes, 10 de diciembre de 2012
La vara de Moshé
¿Por
qué el desdoblamiento?- le pregunté a Na-Y- ¿Somos nosotros los que estamos
aquí, o lo son los de la otra montaña? Estamos en el tiempo del sueño-contestó- Déjame
contarte una historia, en el principio de los tiempos habitaron aquí los Liru,
los hombres serpiente. Cuenta la leyenda que aquí, en esta acumulación de
piedras donde estamos, moraban los Liru venenosos, y en el monolito de enfrente,
los Liru no venenosos. Dicen también que entre ellos se libró un cruenta
batalla que terminó con la extinción de los primeros, gracias a la ayuda de la
serpiente arcoíris. Sé que te preguntarás si eso fue cierto, y la respuesta es
dual, si y no. Si habitaron aquí los Liru, y si se dio la batalla, pero esos
habitantes eran solo unos, pero de naturaleza dual. En este tú universo todo es
de naturaleza dual. Dos formas de tiempo coexisten, son dos corrientes
paralelas en un ciclo infinito espiritual. La realidad y el sueño comparten
este espacio llamado Tierra. La actividad diaria y objetiva se determina en el
tiempo del sueño, un tiempo más real que la realidad misma, porque ahí se
establecen los valores, los símbolos y las leyes que determinan la existencia.
Tu y todos tus congéneres han librado una batalla desde el principio de los
tiempos. Día con día se debaten con la polaridad para intentar alcanzar sus
objetivos. ¿Entiendes ahora? Preguntó mi acompañante de travesía. Si- dije
seguro- entiendo. Comprendo ahora lo que he estado viviendo. Sé ahora que toda
esta aventura a tu lado ha sido dando brincos entre estos dos tiempos, entre
estas dos polaridades. El entonces interrumpió- Todo es doble;
todo tiene dos polos, todo su par de
opuestos. En ese instante recordé que varias veces durante el viaje había escuchado
que el fin de la polaridad estaba cerca, ¿significaba eso que nuestra
existencia estaba por acabar?, ¿Estábamos ante el fin del mundo? Antes de formular
las preguntas él me dio las respuestas: Los semejantes y los antagónicos
son lo mismo, los extremos se tocan, todas las verdades son
semiverdades, todas las paradojas pueden reconciliarse. En ese momento sentí que mi
conciencia cambiaba de lugar. Ahora estaba de nuevo en el monolito donde llegue
inicialmente. Ahí el otro Na-Y me entregaba una especie de bastón. Al tomarlo entre mis manos este se
convirtió en una serpiente multicolor y elevó su cabeza para mirarme de frente.
-Es la vara de Moshé.
domingo, 9 de diciembre de 2012
El ombligo del mundo
Me reintegro. Estoy solo en la cima de una
gran roca rojiza, un especie de meseta abombada. Al alrededor del monolito un
desierto amarillo y un gran silencio. Dónde está mi fiel acompañante- me
pregunto- ¿será que es tiempo de que continúe solo la travesía? Entonces la energía
recorre mis espalda de abajo hacia arriba, da un chispazo en mi corazón y otro
en la frente. Esa es la señal inequívoca de que él está a punto de hacer aparición,
pero esta vez no aparece. Unos momentos después la señal eléctrica se repite,
pero Na-Y no toma cuerpo. Me está llamando-me dice una voz interior-Ve a
buscarlo. La intuición me hace girar 180 grados. A lo lejos, a varios kilómetros
de de arena, observo otra formación rocosa similar a la que tocan las plantas
de mis pies. Por instinto trato de dar unos pasos hacia a delante para caminar
a su encuentro, pero mis pies parecen estar clavados al suelo. La llamada eléctrica
se repite, esta vez con más intensidad y un calor intenso emerge de la parte
media de mi abdomen. Si yo soy quien soy –dice la voz interna- no existe nada
que no pueda hacer, y es mi voluntad reunirme con él ahora. Intento de nuevo
avanzar y una réplica holográfica de mí se separa de mi cuerpo, da la vuelta,
se gira hacia mi y sonriendo me dice -Yo soy tú otro tu- Gira de nuevo y empieza
a caminar hacia la otra formación rocosa y al hacerlo se desintegra ante mis
ojos. Entonces mi conciencia de desdobla y aparezco en la cima de la otra
montaña. Ahí Na-Y esta de pie junto a una réplica suya diciendo-tú eres mi otro
yo- mientras esta desaparece y viaja en dirección opuesta. Su mirada se cruza
con la mía y me dice “bienvenido al ombligo del mundo”.
sábado, 8 de diciembre de 2012
La octava frecuencia
La luz naranja
disminuyó para poder mirar el disco y sus detalles. Una especie de sol con un
rostro al centro estaba esculpido en lo que parecía era oro solido. Un coro de
voces, que provenían de los 7 rayos, dijo simultáneamente- Solo los iniciados,
los puros de espíritu, llegan hasta aquí para que les sea transmitida la
sabiduría depositada en este santuario, tu has sido uno de los elegidos para
ayudar en la transición que se viene. El fin de la polaridad es inminente y
solo los que vibren con la octava frecuencia podrán regresar al origen. Acércate,
pon tu mano derecha en tu corazón y con la otra toca el centro de la roca. Al
hacerlo sentí de nuevo que una energía increíble recorría todo mi cuerpo a la
velocidad de la luz y mientras eso sucedía millones de imágenes se proyectaban
frente a mis ojos. Al concluir el proceso las voces regresaron para decir- la
transmisión ha sido efectuada, y en su momento recordarás lo que haya que
recordar y sabrás lo que haya que saber, ahora eres portador de la verdad y
transmisor del flujo. Tu eres ahora simiente para reproducir la gran verdad. Las
voces cesaron y los rayos regresaron por donde vinieron, solo la luz de la roca
permaneció encendida. Acércate Na- Y y toca la roca conmigo -dije sin saber por
qué- es tiempo de transportarnos al
siguiente templo. Al hacerlo ambos nos convertimos en rayos de luz y salimos
por el octavo orificio.
viernes, 7 de diciembre de 2012
La roca de los orígenes.
Los 7 rayos, que antes estaban dispuestos alrededor del
lago, se reunieron en semicírculo frente a nosotros. Mi reptiliano amigo dijo:
Ellos son la voluntad, la sabiduría, el amor divino, la ascensión, la verdad,
la virtud y el perdón. Al pronunciar cada atributo, el azul, el dorado, el
rosa, el blanco, el verde, el anaranjado y el violeta se encendieron mas
intensamente, luego se reunieron en un abrazo y convertidos en una especie de arcoíris,
avanzaron hacia el cuerpo de agua. Mientras lo hacían el agua cedía ante su luz,
para dejarnos un camino seco, que empezamos a recorrer lago adentro. Casi en el
centro de la cuenca los rayos iluminaron una especie de lapida grabada y esta
desapareció ante nuestra mirada y nos invitó a pasar. Adentro recorrimos una
serie de túneles. La luz parecía emanar de las paredes. Mientras los recorríamos
Na-Y dijo-escucha con atención- entonces me contó que este centro energético había
sido instaurado, junto con la cordillera vecina, para reunir en armonía espiritual los 7 atributos mencionados y mezclar
y difundir hacia todo el planeta la corriente del flujo de la vida. Luego me
contó que un enviado desde la extinta Lemuria, Muru, trajo dos tesoros
preciados para ser depositados aquí: Los rollos del conocimiento y la roca de
los orígenes. A su llegada, y una vez depositados los tesoros en este lugar,
la cuenca fue inundada para ocultar el
templo. Luego llegamos a un habitáculo redondo, una especie de bóveda. En sus paredes
se distribuían uniformemente 7 orificios apuntando al centro. Arriba de
nuestras cabezas se abría una octava cavidad. Desde aquí se propagó la simiente
de la sabiduría reptiliana en todo el planeta- dijo- todas las culturas
asentadas aquí recibieron nuestra cosmología, a través del Dragón, Naga, Cobra,
Amaru, Quetxalcoatl, Camaleón y Gárgola. De pronto de los orificios entraron
los 7 colores y apuntaron hacia el centro del salón. Ahí se abrió un orificio más
y ascendió una columna de cuarzo. Sobre de ella un disco dorado brillaba
intensamente. Saluda a la roca de los orígenes, dijo Na-Y…
jueves, 6 de diciembre de 2012
los 7 rayos
Cuando llegamos era de noche. Nos convertimos otra vez en
materia en lo que parecía una isla. Frente a nosotros se extendía un enorme
lago. La luna, enorme y llena, se reflejaba en el espejo y pintaba de azul el
cuerpo de agua. Hemos llegado al segundo chacra de la tierra, conoce al lago
sagrado, depositario de la roca de los orígenes- dijo Na-Y- y mientras apuntaba
con su dedo índice hacia mis genitales me ordenó: cierra tus ojos y enciéndele.
En ese momento sentí como mi sangre fluía más rápido y se concentraba en mi
vientre tiñéndolo de naranja. Una mezcla de vergüenza y de placer me invadió
pero él sentenció: para que la corriente vital pueda compartirse para
perpetuarse debe ser como la roca de los orígenes. Entonces me dejé fluir. Instantes
después la emoción y la sensación cedieron. Al abrir mis ojos ya no era de
noche, ahora el sol era el que se reflejaba en el agua. Mi acompañante, que
estaba hincado unos metros adelante, viendo hacia el lago, levantó su mano haciéndome
una seña para que fuera a su lado. Él parecía estar meditando así que en
silencio flexioné también mis rodillas y postre a su lado. ¿Entiendes la misión
de este biogenerador?-preguntó sin abrir los ojos- Recordé los tiempos en que Adamus
y Ti-Amat fueron creados para inaugurar a la raza humana y le dije entonces a
manera de pregunta: ¿la sexualidad como medio para unir las polaridades? Él sonrió
y luego levantó sus manos hacia el cielo. De improvisto 7 enormes rayos de luz
de distinto color emergieron del lago para perderse en las alturas. Algo hay de
eso mi amado discípulo, pero el asunto es mas profundo.
miércoles, 5 de diciembre de 2012
Telos
Antes de partir al segundo templo quiero mostrarte algo-dijo
Na-Y- señalando hacia el centro del cráter. Dé él empezaron a emerger cientos
de bolas de luz de todos los tamaños y colores para rodearnos. Una especie de música,
melodiosos golpes de cristales sonó mientras 2 de esas esferas crecían y
conformaban a 2 seres. Eran altos, de melena rubia, larga y alborotada y con
los ojos borrados y de un color tornasoleado. Ellos son los moradores y
guardianes de ese lugar sagrado desde el principio de los tiempos. Llegaron de
Mu, el primer continente habitado del planeta, ahora desaparecido. Nuestros
antepasados, los Lemurianos, fueron anunciados del cataclismo que desparecería su
territorio y fueron aleccionados para migrar a distintos destinos en el
planeta. Un nutrido grupo fue elegido para venir aquí para preservar nuestra
memoria y para edificar Telos, la cuidad luz bajo el Shasta. Conoce a Ra y a
Rana Mu- me dijo mi guardián y amigo mientras señalaba hacia ellos. Yo soy Ra, líder del consejo del templo, y
ella es mi alma gemela rana Mu. Te damos la bienvenida a este templo de luz.
Por aquí entrará el rayo sincronizador que cambiará la polaridad del planeta. Desde
aquí eclosionará la vibración para ajustar los genes de los habitantes del séptimo
planeta para los nuevos tiempos. Tú has sido elegido para el proceso y todos
nosotros somos uno contigo. Dicho esto la música cristalina se intensificó y
las esperas de luz regresaron hacia el interior del templo. –Es tiempo de
partir- escuché a mi acompañante decir mientras una luz naranja nos envolvía y
nos llevaba hacia el segundo templo.
martes, 4 de diciembre de 2012
La cola del dragón
Convertidos en dos pequeñas
burbujas de luz roja y rodeados de una nube nos acercamos a nuestro destino. A
lo lejos empezó a dibujarse un basamento piramidal de un azul intenso y veteado
de luces blancas. De su cúspide parecía emerger una fumarola de nubes
lenticulares. Una tras otra, de menor a mayor, ascendían para formar otra pirámide
invertida que se perdía en el cielo. Al acercarnos me di cuenta de que no era
una pirámide, sino una montaña enorme.
- Bienvenido a Shasta, “el Gran Espíritu”-
dijo Na-Y mientras nos posábamos, ya reintegrados en nuestros cuerpos, en una
ladera de un enorme cráter- Este es el primer templo del planeta, el primer
biogenerador que se encendió para iniciar el proceso evolutivo del séptimo astro
del sistema. Fue aquí por donde se inyectó la energía precursora de la vida
para que se integraran todas las especies de la tierra. Desde aquí fluye la energía
hacia los otros templos.
Mi guardián extendió uno de sus brazos palma abajo y lo dirigió
hacia el centro del cráter, luego hizo lo mismo con el otro para colocarlo
frente a la parte media de mi cuerpo, en la base de mi columna. De pronto una
luz rojiza y caliente se encendió entre mis piernas. - cómo es arriba es abajo,
el planeta y sus moradores comparten este templo, esta es la raíz que te
conecta con la madre tierra. Es la voluntad de vida la que llega desde el
centro del universo y fluye por este chacra.
¿Sabes?- le dije a Na-Y, no sé por qué, pero esto me
recuerda a los primeros viajes que hicimos, donde me mostraste como la vida se empezó
a abrir camino en el planeta, ahí donde vi como hervía la vida en un caldo
cósmico y cómo millones de entes se aferraban para desarrollarse. Él sonrió y
me dijo: Ya estás entendiendo. Aquellos viajes te mostraron el inicio, el Eón
rojo del planeta y de la humanidad. Estuvimos entonces y estamos ahora ahora en
la cola del dragón.
lunes, 3 de diciembre de 2012
la lagrima
Al regresar Na-Y con su mano extendida bajo mi rostro
recogió mi lagrima y dijo- aquí, mi querido Ian, cabe toda la eternidad, y como
te dijo tu madre, en tu corazón se encierra la clave para el regreso al origen.
Sé lo que estás pensando y estoy seguro de que aun tienes dudas. Tu eres uno de
los 4 enviados para ayudar a la transición. Han sido elegidos para el momento
que se acerca. Antes de que ese día llegue es necesario que recuerdes todo y
que puedas activar con plena consciencia los 7 templos. A tu madre la verás de
nuevo muy pronto, ella como yo, siempre ha estado a tu lado cuidando de ti y
colaborando para tu preparación. Fuiste modificado genéticamente desde tu concepción
y tu tercera hélice fue encendida desde tu
nacimiento. No tengas temor. Estamos cerca del final
de la polaridad y la dualidad. Los habitantes del séptimo planeta
tendrán que elegir su destino. El tiempo del miedo está por concluir.
Luego de decir esto, extendió su mano y vi como mi lagrima,
aun húmeda, crecía y se convertía en un torbellino de aire y fuego para envolvernos
y llevarnos a otro Aquí y Ahora.
sábado, 1 de diciembre de 2012
los 4 enviados
Al reintegrarnos, Yexalen, mi madre, lucia un poco más joven,
pero igual de hermosa. El paisaje había cambiado. Estábamos en otra pirámide junto
a un mar azul turquesa. El sol estaba saliendo a nuestra izquierda y solo se oía
el viento y el golpear de las olas barranca abajo. Sé que tienes muchas
preguntas- me dijo con voz dulce- trataré de contestarlas. Fue aquí, hace poco más
de 20 años que hice conexión por primera vez. Yo visitaba este lugar desde
niña. Había entre estos muros algo que me llamaba. A veces creía escuchar una
voz que pronunciaba mi nombre y que me decía algo que no podía entender. Un
día, mientras oraba aquí mismo, una pequeña bola de fuego apareció frente a mis
ojos para luego crecer y transformarse en un hombre alto, pelirrojo y con una
mirada verde especial. No tuve miedo, era como la respuesta a mis plegarias. El
me habló del tiempo sin tiempo y me dijo que el día del regreso estaba cerca.
Me llevó a presenciar nuestra evolución y nuestra historia, me contó de los antiguos
enviados y de su misión en el séptimo planeta. Me dijo también que yo recibiría
uno en mi vientre y que trascendería una vez que lo diera a luz. Yo deseaba más
que nada en este mundo procrear un hijo, y a pesar de rogar al cielo por eso,
no había sido escuchada. Cuando él me anunció tu llegada no dudé en aceptarlo,
porque, aunque no estaría físicamente a tu lado en tus primeros años, el me
aseguró que pronto tú y yo estaríamos de nuevo juntos para compartir la
eternidad; mas importante aun, supe en mi corazón, que estaba por concebir a un
ser de luz, uno de los 4 enviados, que con la tercera hélice encendida,
ayudarían a la humanidad a encontrar el camino de regreso. Aquí, hijo mio,
-dijo finalmente mientras ponía su mano en mi pecho- se encierra el secreto de transición
de los hijos del astro 7. Una lágrima se me rodó por la mejilla y antes de caer
al suelo se convirtió, como nosotros, en miles de puntos de luz.
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